Tribunal

La opera prima del joven realizador indio Chaitanya Tamhane pretende reflejar las complejidades, injusticias y atrasos del sistema judicial de su país. Tomando como punto de partida e hilo conductor el surrealista caso de un cantante acusado de inducir al suicidio, Tamhane compone un nítido tapiz entretejiendo las vidas de los principales protagonistas del proceso: juez, abogado, fiscal o testigos.

El resultado es un muy interesante retrato de la sociedad india actual con su mezcla de tradiciones ancestrales y adelantos tecnológicos, su uso indistinto de las lenguas autóctonas e inglés y sus leyes modernas que conviven con normas legales decimonónicas.

Por otro lado, su denuncia del sistema judicial, desgraciadamente, y según lo que cuenta el film, no se distingue mucho del occidental en cuanto a sus trabas burocráticas y a la lentitud de los procesos. Sin embargo, se agradece la sinceridad y sencillez plasmados a través de una cuidada ambientación y atrezzo.

Quizá de modo metafórico o simbólico, como estableciendo un paralelismo con lo farragoso de los procedimientos judiciales, la película acusa una lentitud excesivo que facilita la contemplación del paisaje urbano y humano, pero acaba resultando demasiado larga y tediosa.

En esa línea, la utilización de actores noveles e incluso amateurs -con intención de dar más verosimilitud a la narración- resta frescura a las escenas ya que realizan unas actuaciones encorsetadas e inexpresivas.

En definitiva, una película interesante, de bella factura, gracias a una fotografía precisa, agradable y nítida, aunque con un ritmo enervantemente cansino. Gustará, y mucho, a los amantes de la India y a los aficionados al cine curtidos en ritmos contemplativos y parsimoniosos.

Firma: Esther Rodríguez