El editor de libros

Michael Grandage ha escogido para su primera película como director la adaptación de una biografía poco usual: la de un editor. A. Scott Berg, que se graduó en Princeton y conquistó un Pulitzer en 1998, elaboró su tesis de graduación sobre Max Perkins. Luego la convirtió en un libro que ha sido la principal fuente sobre la que ha trabajado el guionista John Logan.

Logan es un dramaturgo que ha cosechado numerosos éxitos de taquilla y premios (La invención de Hugo, Skyfall, Spectre, Gladiator, El aviador) y también la satisfacción de participar en producciones más autónomas y poco habituales (Coriolanus).

En esta ocasión, ha puesto en la balanza todas las estrategias que le permiten narrar un argumento poco comercial (un buscador de talentos literarios) como una historia que ofrece emociones y valores universales e intensos.

Esto lo consigue gracias al apoyo de una fotografía y una dirección que amplifica y subraya (a veces, demasiado) sentimientos, reacciones y subtextos, lo mismo que su banda sonora. También colaboran los actores (Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman, Laura Linney…), muy conocidos y volcados en dejar su huella en los personajes.

Por todo esto, El editor de libros es un gran relato que busca complacer al espectador apaciguado; aquél al que le gustan los biopics donde hay sombras, pero donde sobretodo prevalecen las luces reveladas de un modo dramático y sin acercarse para nada a un tono desgarrador. El perfil de Max Perkins permite todo eso, mientras pone sobre el tapete la siempre interesante y nada fácil interacción entre talento, negocios y amistad fiel.

Firma: Lourdes Domingo