
Sandman pasa de la novela gráfica a la ficción audiovisual. Una propuesta de Neil Gaiman en la que la técnica es brillante y la narrativa insuficiente.
Sandman pasa de la novela gráfica a la ficción audiovisual. Una propuesta de Neil Gaiman en la que la técnica es brillante y la narrativa insuficiente.
Un nuevo engranaje financiero en el que perderse para disfrutar de la historia y de los protagonistas y, también, para reflexionar sobre el mundo en el que vivimos.
La escena de un crimen no tiene nada de atractivo hasta que llega este cándido personaje para limpiar la sangre. Divertida, inteligente, original y con una duración acertada para ver en tiempos muertos.
Intelectualmente exigente, oscura, dramática y turca. Un desafío para los detectives que la protagonizan y para su audiencia.
Es como viajar a la década de los 60, con sus acontecimientos históricos, sus peculiaridades, sus costumbres, sus coetáneos y ese ritmo elegante que nos imaginamos en cualquier espía inglés.
Es difícil saber por qué alguien no ha repasado un guión que hace aguas por todos lados. Ni el impresionante paisaje puede encubrir el cúmulo de despropósitos de esta ficción.
Sin grandes aspavientos ni montajes, Beowulf es una grata propuesta para la audiencia aficionada a la fantasía medieval. Lástima que solo cuente con una temporada.
Digna sucesora de Hierro, Rapa mantiene los estándares de calidad, tensión, interés y humanidad que su antecesora.
Un ejemplo de algo que parece pero no es. De algo que promete pero no da. De algo, en definitiva, que no cumple con las premisas de excepcionalidad, misterio y sorpresa.
Algo desoladora visión de la vida en una comedia bien construida, entretenida y acertados diálogos.
Avisos