
Este reinicio de la serie de películas basada en los populares videojuegos es muy fiel al contenido original y hacia el que mantiene muchas referencias y guiños, aunque flojea en la trama y en el guion.
Este reinicio de la serie de películas basada en los populares videojuegos es muy fiel al contenido original y hacia el que mantiene muchas referencias y guiños, aunque flojea en la trama y en el guion.
La propuesta de Julius Berg se hace un hueco como alternativa satisfactoria, pero algo confusa a las ya clásicas películas sobre irrupciones violentas en el hogar.
Tanto los más pequeños como los adultos podrán disfrutar resolviendo el caso que se propone, mientras presencian una mezcla de acción y una animación muy detalladas. El famoso detective mantiene coherencia con la saga.
La película de Bebjak pretende y consigue mostrar una nueva visión de lo que se vivió en Auschwitz recordando al espectador que, especialmente hoy en día, no podemos permitirnos repetir los errores del pasado.
Nicolas Vanier, conocido director del cine galo, trae otra pieza a la pantalla que reúne elementos recurrentes ya usados en filmes anteriores como el humor, la ternura y un trasfondo activista que invita a la reflexión.
Formalmente se trata de una película original en sus animaciones. Pero despliega argumentos que pueden parecer demasiado sencillos y habituales de muchas producciones infantiles, sean o no protagonizadas por animales.
La segunda entrega de la Mujer Maravilla, dirigida de nuevo por Patty Jenkins, destaca por su agilidad, sus efectos especiales y algunas de las actuaciones del elenco. De nuevo, el film está a la altura del resto de historias de ciencia ficción protagonizadas por hombres.
Una comedia navideña que se diferencia de las películas ambientadas en esta época por su historia y su manera de hacer humor, gracias a las interpretaciones de los protagonistas y a sus diálogos e interacciones.
La miniserie basada en el libro de James Comey cuenta con una buena ambientación pero una caracterización de personajes poco trabajada. Le falta rigor histórico y el exceso de drama la asemeja a una tragedia de Shakespeare.
Una comedia familiar que derrocha acción y bromas alocadas, pero que flojea en el guion. La “guerra” entre nieto y abuelo por la posesión de un dormitorio no destaca por su originalidad, inteligencia ni emotividad.