
Todo el argumento está dirigido a complacer al espectador y a levantar el film como bandera para la comunidad defensora de la ideología de género, y no para profundizar realmente en cuestiones de calado antropológico.
Todo el argumento está dirigido a complacer al espectador y a levantar el film como bandera para la comunidad defensora de la ideología de género, y no para profundizar realmente en cuestiones de calado antropológico.
En Los odiosos ocho apenas se puede rastrear algo que sea nuevo en la carrera de este director. Su visión crítica y al mismo tiempo juguetona de la historia y la política y su obsesiva y coreográfica violencia -que logra varios momentos realmente asquerosos y desagradables- no sorprenden.
Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes con todos los méritos. Esta excepcional ópera prima de un discípulo de Bela Tarr no deja de sorprender en ni una sola de las imágenes que compone para subrayar con dramática frialdad la furia de la shoah.
El conjunto de teorizaciones es más intelectual de lo que parece y más inclinado hacia uno de los dos polos: sencillez-pedantería, peluquera de pueblo-filósofo parisino.
Aunque la actriz protagonista, cantante en la vida real, brinda una buena interpretación dentro de las exigencias del guión –a veces ridículas–, conforma un personaje infantil (para quitar drama a lo que es un caso insólito) y eso desentona con el clima y la profundidad que se esperan de la película.
31 de diciembre. 16:30 horas. Un tren que va de Barcelona a Madrid se detiene sin causa aparente en mitad de un solitario paraje. Incomunicados […]
Un escritor ganador del Pulitzer se encarga de criar en solitario a su hija Katie, tras la muerte de su esposa en un dramático accidente. […]
Una ópera prima de la galardonada Lucie Borletau que nos conduce por un camino desbocado y contradictorio.
Un planteamiento aparentemente más que correcto, acaba perdiendo calidad con el avance de la trama. En ella, la violencia se trata al detalle y el dúo de actores protagonistas se siente perdido.
Andre Haigh presenta un drama con poderosa personalidad y un sólido guion. Junto a él, sus dos protagonistas conceden unas soberbias interpretaciones.