
Entre la vida y la muerte caminan los personajes de esta ligerita ficción que también se mueve entre la comedia y el terror.
Entre la vida y la muerte caminan los personajes de esta ligerita ficción que también se mueve entre la comedia y el terror.
Lavaine retorna con una nueva historia costumbrista de adultos en apuros. Con falta de verosimilitud en algunos pasajes, otros brillan por el buen ritmo impuesto a las conversaciones.
Un trabajo que fusiona de manera inteligente el fondo y la forma. Bong Joon-ho dirige una cinta mayor con una agridulce profundidad, en un género sorprendente y cercano a la novela picaresca.
Evitable drama, de mirada retorcida y perturbadora, que solo aporta desazón y deja mal cuerpo.
Bisutería del género fantástico, esta serie oscurece el ocio audiovisual, embota la mente y anestesia la inteligencia emocional.
Producción apocalíptica danesa donde la lluvia infecta todo lo que toca. Un virus que parece afectar también al guión, inconsistente y fluctuante.
Adaptación de la novela homónima de Eva García Sáenz de Urturi, un thriller de asesinatos, misterio y erotismo. El enorme esfuerzo de producción se ve lastrado por un guión lleno de saltos en el que las tramas y los personajes no acaban de encajar.
Singular tragicomedia, en cuatro capítulos, que persigue los sueños de un perdedor “de manual”. Con más profundidad de la que aparenta gracias al humor, Matar al padre retrata un drama familiar muy concreto.
Una propuesta que, a partir de un preámbulo cautivador y contando con un buen elenco, se pierde en sus intenciones, resultando forzada, con personajes planos y precipitada hacia un desenlace decepcionante.
Apunta alto pero se queda a medio camino. No solo por la falta de rigor histórico, sino por un guión irregular y aspectos técnicos que no están a la altura de lo esperado.