Capitán Calzoncillos, su primer peliculón

Dirigida por David Soren –un habitual de Dreamworks con Turbo, los dos cortos de Madagascar y artista gráfico de Shrek– el film recrea escenas de los cuatro primeros libros Dav Pilkey. El cómic,fue traducido a más de veinte idiomas y, con más de 80 millones de copias, ha dado la vuelta al mundo. Se espera lo mismo de esta gamberrada de película que altera a los más pequeños y, quizá, desata alguna risilla a los más adultos.

Poco convencional para los sentidos, Soren atrapa visualmente al espectador con una mezcla de estilos. Pinturas, cómic, una buenísima animación que resalta las expresiones faciales e incluso grabación real, hacen de esta hora y media una fiesta visual.

Del mismo modo se va construyendo el relato, en el que los dos protagonistas narran, paran la trama, avanzan y retroceden a su gusto para acercarnos también, desde el guión, al súper héroe más desenfadado del cómic.

El oído tampoco queda libre de sobresaltos. El atropello escatológico de “Caca, culo, pedo pis” acaba siendo pesado al igual que el penetrante “Chancharanchaaaaaaaan” del Capitán Calzoncillos. De manera frenética y ruidosa termina por destrozar parte del atractivo que se ha construido con la imagen y la historia.

Y por último, el habla. Sus diálogos y bromas son de mal gusto para aquellos que estén apostando por la buena educación. No hace falta más que ver el título del film para imaginar lo que contiene.

Sin embargo, no podemos dejar de mencionar el valor de la amistad que quiere transmitir, aunque venga a costa de reírse de forma básica y primitiva de la autoridad y mientras atropella otros valores.

Firma: Carla Sciamma