Acuarela

El realizador italiano Silvio Soldini acumula sobre su espalda una larga experiencia como guionista y director en el mundo del cine documental y de la ficción tanto en televisión como en salas. Sin embargo, no parece que dicha experiencia le haya valido para completar con solvencia o coherencia este, a priori, interesante producto.

El drama de quien repentina o paulatinamente pierde la vista, su mundo a oscuras a partir de ese momento, el juego entre los recuerdos que acumulan y las nuevas sensaciones que perciben por sus otros sentidos y su búsqueda del «color escondido de las cosas», como reza el título original, son algunos de los elementos que parece manejar Soldini pero que se pierden en un guion pobre y autodestructivo.

El principal problema, que se advierte desde el principio, es que en Acuarela hay dos películas distintas, supuestamente relacionadas entre sí: el relato de la inmadurez patológica de Teo y la bella y dura historia de Emma y su lucha por conectar su interior y su exterior. A pesar de la posible intención, nadie consigue que ambas líneas empasten, saliendo perjudicada la más bonita, la de Emma, fagocitada por la torpeza de la narración de Teo (además de por su abusiva y mísera personalidad).

Valeria Golino sobrevive a la debacle, apoyada en el inestimable personaje de su amiga Patti y en su convencional discípula Nadia. Sin embargo, esto no evita la decepción y el asqueo que emana de este film.

Firma: Esther Rodríguez