Algún día nos lo contaremos todo supone la adaptación de la novela homónima de Daniela Krien y, para todos aquellos ajenos al libro, lo que se puede asegurar al ver la película es que encontrarán una especie de 50 sombras de Grey, pero ambientada durante un verano rural en la Alemania recién unificada tras la caída del muro de Berlín. Si bien las diferencias son visibles en sendas adaptaciones cinematográficas, en esencia, su vacuidad y tratamiento de la imagen es similar.
Entre una fotografía tostada por los rayos estivales del sol, el film arranca con poca fuerza y lleva a un desinterés rápido; no parece pasar nada –como en la propia aldea donde se contextualiza todo– y la protagonista se siente fría y distante. María (Marlene Burow), una lectora empedernida que no va a clase y vive en casa de los padres de su novio, cae en una planitud como el resto de secundarios y, a lo largo del metraje, no consigue percibirse evolución ni cambio sustancial en sus arcos. Todo lo que sucede a su alrededor a nivel sociopolítico despierta mayor atracción que el relato central.
Poco a poco, se van introduciendo toda una serie de materias moralmente discutibles que, en vez de desarrollar o discutir, se exponen de forma despersonalizada y sin un atisbo por ir más allá de su compleja y chocante superficialidad. Relaciones que se convierten en necesidades, acometidas interpretadas como pasiones, mentiras y secretos justificados sin tapujos por el propio malestar e insatisfacción. Todos ellos quedan enunciados, contemplados de modo sensacionalista sin buscar postura alguna, lo que acaba llevándolo a un paraje cuestionable. Y algo similar pasa con temas subliminales en algunos roles como la depresión de la madre o Henner (Feliz Kramer); se usan como mera caracterización para aparentar mayor profundidad de sus planas figuras —una elección bastante frívola—.
Al final, la diferencia de edad entre María –a la que en la cinta suman dos años respecto al libro, donde tiene diecisiete– y su vecino cuarentón Henner (Feliz Kramer) acaba siendo lo menos problemático en una relación donde, poco a poco, todo está mal. El secretismo de un vínculo que nace de improviso, sin conexión actoral ni de personajes, carece asimismo de amor y pasión. Estos son confundidos por un mero deseo carnal violento. Los silencios entre ambos acaban incomodando y el trato bruto hacia ella, como si de un objeto se tratara y una posesión para el hombre fuera, no encuentran denuncia, ni redención, ni posicionamiento: se abraza con total normalidad por la realización y el papel principal. Así, se deja toda una retahíla de frases –”Al final te he traído y te he atrapado en mi guarida” (Henner), “durante la noche él la codiciaba y ella se entregó” (una nota de Henner) o “haz lo que quieras conmigo” (María)– que, dado el turbio contexto, se recubren de una falsa y nociva concepción romántica.
Firma: Yoel González
Director: Emily Atef
Guionistas: Daniela Krien, Emily Atef
Intérpretes: Axel Werner, Cedric Eich, Christian Erdmann, Christine Schorn, Felix Kramer, Florian Panzner, Jördis Triebel, Marlene Burow, Silke Bodenbender, Victoria Mayer
País: Alemania
Fecha estreno: 04/08/2023
Lenguaje: Coloquial
En el verano tras la caída del muro de Berlín, María está a punto de cumplir los diecinueve mientras vive en la granja de los padres de su novio. En ese contexto de apertura y posibilidades que comienzan a surgir, la joven intenta alejarse de los problemas entre sus padres sumergiéndose en los libros y despreocupándose de acabar sus estudios. Además, su cruce con Henner, el granjero de al lado y veinte años mayor, enciende un amor secreto y una conflictiva pasión.
Título original: Irgendwann werden wir uns alles erzählen
País: Alemania
Duración: 129’
Fecha producción: 2023
Distribuidora: Adso Films
Color: Color