Ambulance. Plan de huida

Ambulance. Plan de huida, es todo lo que esperas de una propuesta de Michael Bay: ritmo frenético, acción trepidante, mucho ruido y grandes explosiones y tiroteos. Un espectáculo visual entretenido que se permite referenciar obras del propio director, pero que, sin embargo, queda deslucido por una narrativa inverosímil, a veces incluso surrealista.

Basada en la historia original y el libreto de la película danesa Ambulancen, sigue los pasos de dos hermanos que deben escapar de las autoridades en una ambulancia tras haber atracado un banco. El film cuenta con un cast estelar que no termina de brillar en ningún momento, en parte por un guion —firmado por Chris Fedak— que no les ofrece espacio para desarrollarse.

Mientras Jake Gyllenhaal interpreta a un criminal vociferante que aporta la vis cómica —demasiado forzosa, con poca credibilidad y que, en ocasiones, roza el ridículo—, Yahya Abdul-Mateen II es el hermano bonachón con una conciencia intranquila. A ambos se les suma Eiza González, que encarna el papel de Cam, la heroica paramédica.

Es precisamente su rol, tremendamente estereotipado —una mujer fuerte y decidida, pero malhumorada y aislada—, el que pone en evidencia la falta de originalidad en la trama, al mismo tiempo que demuestra una crónica muy masculina, pensada para una audiencia llena de testosterona. El resto de mujeres del film, evidentemente secundarias, no poseen trasfondo alguno y están siempre supeditadas a las órdenes de otros hombres.

En lo técnico, Bay consigue construir un engranaje de acción a través de la mezcla de planos y movimientos de cámara. Desde el excesivo uso de planos contrapicados con un montaje fílmico veloz hasta un manejo de cámara en mano brusco. Todo ello acompañado de fascinantes secuencias de drones que generan una sensación de vértigo y dinamismo, pero que no terminan de estar plenamente justificados ni añaden valor al argumento.

El largometraje avanza sin detenerse, de la misma forma que sus protagonistas solo pueden conducir hacia delante. Este ritmo incesante no permite tomarse ningún respiro y llega a tornarse tedioso. Asimismo, apela demasiado a la heroicidad, al sentimentalismo y el patriotismo característico de los estadounidenses, con escenas a cámara lenta y diálogos melosos.

A pesar de todo, y si bien es cierto que Ambulance. Plan de huida es una cinta comercial, con poca profundidad narrativa, es también notablemente entretenida. Es cine escapista en el que prima la espectacularidad visual sobre el relato y, a veces, eso es lo único que buscamos. Michael Bay firma un título muy suyo y nos recuerda que, en el género, él es uno de los grandes.

Firma: Marta Vivas