Blue Beetle

Blue Beetle supone el estreno superheroico del verano y, a grandes rasgos, una más del género. Si bien el factor de interpretación supone una novedad –a veces rozando el ridículo–, se sale con la suya sobre todo gracias al elenco familiar de actores y a su comicidad. Y entre ellos destaca su protagonista, Xolo Maridueña, quien demuestra una grata soltura en la piel del escarabajo azul.

La historia en sí no ofrece novedad alguna, puesto que se presenta como un relato de orígenes con un argumento y unos giros muy manidos. Ese conjunto de clichés se ven también reflejados en una villana empobrecida y con una falta de vileza creíble o en el uso de constantes frases sentimentalistas de una emotividad forzada. Esto es, en cierta medida, lo que desgasta a la película y evita que se acabe distinguiendo de otras.

Igual que la mayoría del contenido de superhéroes que no deja de producirse, su fotografía desangelada no es más que uno de los muchos elementos de una puesta en escena rudimentaria –aunque efectiva durante algunas secuencias de acción–. Al margen de estas elecciones arbitrarias y trilladas, Angel Manuel Soto consigue presentar ocasiones disfrutables, acompañadas de unos buenos efectos especiales y, casi siempre, lideradas por el reparto.

A pesar de esa generalidad e impersonalidad, Blue Beetle encuentra recovecos donde aborda temas de interés reflexivo como la familia, las diferencias de clase o el uso moral de las nuevas tecnologías. Con todo, al final el film consigue cumplir con su principal objetivo: hacer pasar un rato agradable y entretenido al espectador.

Firma: Yoel González