El castillo

El castillo es una película excéntrica, diferente a lo que abunda hoy en día en las salas de cine, que genera muchas preguntas en el espectador. Para empezar, uno no tiene nunca claro si está ante un documental, un falso documental o una ficción. Las actuaciones son formidablemente naturales y parece que la cámara simplemente siga a las dos mujeres protagonistas sin querer interrumpir en su trayectoria vital.

Es un retrato original acerca de una madre (Justina) y una hija (Alexia) en un entorno peculiar que, al mismo tiempo, expone las desigualdades de clase. La primera se presenta a la vez como propietaria de un gran terreno, pero, por momentos, sigue pareciendo una empleada con un alto sentido del deber hacia sus jefes. Aun así, el film no indaga en sus personajes, ni en lo que sucede a su alrededor.

Aunque es cierto que propone un retrato de la vida en el campo y alguna de sus dificultades, la cinta no acaba de profundizar en la materia y la cámara simplemente se mantiene como una mera observadora. Al final, se deja al público con muchos interrogantes, ninguna respuesta y la incógnita sobre el porqué de esta película.

Firma: Patricia Amat