El regreso de Ben

Peter Hedges escribe y dirige un largometraje con las relaciones familiares en el centro, de modo análogo a como hizo en Como la vida misma y La extraña vida de Timothy Green. Sin embargo, ahora extrema el dramatismo, que sobrevolaba su ¿A quién ama Gilbert Grape? y abunda en una cuestión poco visitada en el cine comercial de los últimos años.

No hace falta desvelar nada que, en realidad, llega pronto en la película. Pero, de todas formas, dejaremos que el espectador “disfrute” de un juego de dudas, sospechas e ilusiones con que Hedges construye la trama para alejarse del telefilm. En este sentido, su recorrido argumental y narrativo le permite trazar una parábola más concreta de lo que supone “ese” tipo de conflicto en una familia de clase media.

El resultado se mide entre el éxito por su capacidad de suscitar curiosidad y su cierta desmesura, casi inevitable. En esa tesitura se sitúan los trabajos de Julia Roberts y el propio hijo del director Oscar Lucas Hedges (que saltó a la palestra con su rol en Manchester frente al mar).

Firma: Lourdes Domingo