Toda la pasión y el buen oficio cinematográfico de la veterana directora Claire Denis se transluce en esta obra de gran calidad artística, a pesar de la sordidez desgarradora que impregna todo el metraje y que termina por chutarnos al fondo del abismo. Imposible hablar de mal cine, pero sí de cine estragado.
El escenario carcelario que plantea en el interior de esa nave en medio de la nada, llena de asesinos que no esperan nada de la vida y, sin embargo, viven, plantea como mínimo un centenar de interrogantes sobre la naturaleza humana.
No obstante, Denis aparca esta magnífica oportunidad exploratoria para centrarse en una visión plana y reduccionista del ser humano. La pertenencia a la Tierra y la pulsión sexual, expresadas a través del jardín orgánico y de la fuck-box, son para Claire dos ejes centrales que definen a la persona, determinando férreamente su comportamiento, sin opción a la esperanza.
La sensación de estar encerrados en un psiquiátrico en el que nadie respeta a nadie es intensa, desalentadora y claustrofóbica. Tanto, que al salir de la sala respiramos aliviados. Todo lo que los personajes incluyen en esta reflexión desesperada sobre la vida es tan importante como lo que omiten, pero al final su cuenta global resulta pobre al dejar al espectador con el ánimo cósmicamente aniquilado.
Firma: Anna Puigarnau
Director: Claire Denis
Guionistas: Claire Denis, Geoff Cox, Jean-Paul Fargeau
Intérpretes: Andre Benjamin, Juliette Binoche, Mia Goth, Robert Pattinson
Género: Ciencia-ficción
País: Francia
Fecha estreno: 08/02/2019
Lenguaje: Coloquial
Un puñado de presos jóvenes en el corredor de la muerte aceptan participar en un viaje espacial hacia un agujero negro. Enviados como cobayas más allá del sistema solar, quedan en manos de una científica convicta que experimentará con ellos para crear un ser humano perfecto.
Título original: High life
País: Francia
Duración: 110'
Fecha producción: 2018
Distribuidora: Karma Films
Color: Color