Instinto maternal

El director belga Olivier Masset-Depasse realizó sus primeros pasos cinematográficos creando, preferentemente, personajes femeninos. Su primer título Cages del año 2006, e Illégal del 2010 (seleccionada para los premios Oscar), abrieron su carrera hasta su tercer título Santuario en 2015, un retrato de ETA con el conflicto desde el punto de vista francés y protagonizada por Juana Acosta y Rubén Ochandiano. La que ahora nos ocupa es su obra más reciente y se trata de una adaptación libre de la novela Derrière la haine de la escritora belga Barbara Abel.

Es realmente curioso el hecho de que la mayoría de sus films tienden a situar la acción en espacios cerrados, inclinándose preferentemente por los personajes y su vida interior, dejando a un lado el mundo que les rodea; un mundo imaginario que roza la perfección, con la colaboración total y absoluta de sus intérpretes femeninas. En este caso, las actrices Veerle Baetens y Anne Coesens que destacan de forma primordial.

En este largometraje, no hay duda alguna de que Masset-Depasse ha bebido, abundantemente, en las fuentes del cine que hizo tan popular a Alfred Hitchcock, sumergiéndose en las aguas del suspense de forma absoluta. Sus personajes, bajo un aspecto honorable al principio, van derivando hacia oscuras determinaciones con el avance del mismo, hasta un plano final de antiguas reminiscencias.

Con todos los problemas que acarrea la transformación de un texto literario al cine, la película (que en el fondo maltrata todas las formas de comunicación entre los seres humanos bajo el pretexto de la venganza), sigue los vericuetos habituales en su estilo, aunque sea justo destacar de nuevo la interpretación de sus dos actrices principales. Ellas sostienen preferentemente la acción y el interés en la resolución de la trama final. Aunque se adivine a tiempo.

Firma: Joaquín Guitart