Juego prohibido

Hideo Nakata obtuvo una incontestable fama internacional cuando en 1998 sorprendió al mundo con su película The Ring, una nueva vuelta de tuerca al cine de terror con varias secuelas y muchos imitadores. Desde entonces, Nakata no ha dejado de trabajar en el género (y en otros ámbitos del cine y la televisión) pero sin igualar su propia marca.

Con Juego prohibido continúa internándose en el mundo de las apariciones fantasmagóricas ligadas a objetos o situaciones cotidianas, convirtiendo un drama familiar en una angustiosa lucha contra un espíritu vengativo y violento.

El resultado es bastante decepcionante. El principal obstáculo, al menos a juicio de la que suscribe, que lastra el film está en un guion que no ha encontrado el equilibrio entre lo dramático y lo terrorífico. La cotidianeidad se alarga demasiado en su planteamiento y se ralentiza aún más por los innecesarios y excesivamente pedagógicos flashbacks, contando quizá con un público que o bien no atiende o bien no piensa. Tampoco ayudan mucho los actores protagonistas que ofrecen unas interpretaciones planas y dificultan la empatía del espectador con ellos.

A los amantes del horror les resultará demasiado suave, aunque ciertamente, en algunos momentos, la intriga y la tensión se combinan bien con los sustos y el miedo que provoca la progresiva presencia de los espíritus. En ocasiones se abusa demasiado de la sangre o lo desagradable, pero con expectativas moderadas puede ser una buena opción para una tarde en casa.

Firma: Esther Rodríguez