La monja II

Parece que el equipo creativo de la taquillera saga Expediente Warren cierra la de La monja con esta segunda parte. Como hemos visto en las últimas películas de la franquicia, el terror continúa en un tono más fantástico que realista, y se atenúa así la dosis de horror.

En La monja II las mujeres son protagonistas, en un argumento demasiado ramificado para ofrecer una trama consistente. Más reactivas que al servicio de la crónica, en este equipo femenino, la mayoría adolece de un propósito. Al otro lado, la terrorífica monja poseída, si bien tiene una historia interesante con muchos mimbres, queda desaprovechada, en detrimento del relato.

El maligno, diversificado en distintos personajes más o menos amenazantes hace que se desinfle la acción, la coherencia y el interés. La película quiere sorprender y asustar por todos lados, aunque sin mucho sentido narrativo, provocando al final un efecto inocuo. Ambiciosa y poderosa visualmente, aspira a abarcar demasiado a golpe de efecto. Con una duración por debajo de las dos horas, se hace larga. De esta manera, si supiese exactamente a dónde va y siguiera alguno de los hilos, tejería una estructura más sencilla y consistente.

Con todo, entretiene y una escena final nos da la pista de que el matrimonio Warren retomará las riendas, aunque no sabemos si la monja seguirá siendo un personaje a explorar. Ojalá los Warren logren resucitar el espíritu de las primeras entregas.

Firma: Begoña Arribas