La profesora de parvulario

Llega a nuestras pantallas un título a tener en cuenta y ser analizado con mesura, porque puede llevar a terrenos resbaladizos. Y nada más lejos. Pese a que, por su temática, una profesora adulta y un párvulo con dotes de reflexión avanzadas pueda dar lugar a conclusiones erróneas, es una cinta que merece ser estudiada en la totalidad de su metraje y en el fondo de todo su contexto argumental.

Basada en el film original de Navad Lapid, por encima del guion (un acierto a destacar), hay que resaltar la prodigiosa interpretación de la actriz Maggie Gyllenhaal como profesora del parvulario. Ella es la película, presente en todo el metraje y emisora de los más recónditos deseos anímicos de su complicada y anodina vida diaria en el hogar.

No hay duda de que todo el elenco, cada cual en su rol, resume una situación sin armazón ni nexo alguno que aglutine su condición familiar. Y es que tanto el esposo como sus hijos la ningunean abiertamente; un detalle que la lleva a tomar transitorias decisiones anímicas y corporales.

Este es el auténtico leitmotiv de la trama. Quizás por ello, en la guardería infantil donde trabaja, pone en marcha, con la complicidad involuntaria del alumno, un complicado acto de simulación en busca de un reflejo intelectual que la valore como pretende. Una decisión desesperada, con resultados contraproducentes. Y un título que puede llevar a muy equívocas interpretaciones.

Firma: Joaquín Guitart