El filme nos acerca al desconocido mundo de la justicia restaurativa, un sistema que permite el diálogo entre infractores y víctimas bajo la tutela de profesionales. Se trata de un enfoque que se centra no en el castigo sino en las necesidades de las personas de uno y otro perfil, que van mucho más allá de lo dictado por una sentencia judicial.
Este es el marco en el que se desarrollan dos historias duras pero hermosas: por un lado, Gregoire, Nawelle y Sabine, víctimas de robos con violencia, participan en una serie de encuentros con autores de delitos similares. En estas sesiones salen a la luz las graves consecuencias que se derivan de experiencias traumáticas muy breves: las fobias, la incapacidad de salir del hogar, la sensación de ser un mal padre o madre, incluso el alcoholismo.
Por otro lado, Chloe recupera el contacto con su hermano mayor, que la sometió a abusos sexuales durante toda su infancia. La justicia restaurativa ofrece a la joven el espacio para que pueda marcar sus límites al perpetrador pero, sobre todo, para poder manifestar su dolor y comenzar el camino hacia la curación emocional, cosa que el juicio penal no logró en su día.
A lo largo de las conversaciones, en uno y otro caso, asoman una serie de circunstancias que suelen acompañar a las caídas en la delincuencia: familias desestructuradas, prejuicios raciales, el atractivo del dinero fácil frente a la precariedad laboral… Sin profundizar y, especialmente, sin justificar, la cinta trata de mostrar la complejidad de las acciones humanas, en las que nunca nada es blanco ni negro.
Las dos caras de la justicia es una película sin estridencias, discreta a todos los niveles: en su música, en su paleta de colores, en los personajes que la protagonizan a coro, sin que ninguno de ellos acapare la atención; encarnados por un elenco maravilloso que derrocha naturalidad. Es una obra pausada y sencilla, donde prima el diálogo y aun este es escueto, pero dice todo lo que hay que decir.
Aunque aparecen temas muy oscuros, como los abusos sexuales en la infancia, el largometraje no cae en el morbo ni incomoda al espectador. Antes al contrario, nos deja una serie de mensajes muy alentadores: existen las segundas oportunidades, las heridas del alma se curan, el rencor se puede mitigar.
Las dos caras de la justicia no ofrece ninguna lección moral, ni acusa ni absuelve a nadie; solo pretende arrojar un poquito de luz y de esperanza, y lo logra desde el realismo y la sencillez.
Firma: Olga Nafría
Director: Jeanne Herry
Guionistas: Jeanne Herry
Intérpretes: Adèle Exarchopoulos, Dali Benssalah, Elodie Bouchez, Gilles Lellouche, Leïla Bekhti, Miou-Miou, Valérie Enquin
Género: Drama
País: Francia
Fecha estreno: 08/09/2023
Lenguaje: Coloquial
Gregoire, Nawelle y Sabine, víctimas de robos con violencia, participan en una serie de encuentros con autores de delitos similares. Chloe recupera el contacto con su hermano mayor, que la sometió a abusos sexuales durante toda su infancia. La justicia restaurativa ofrece a todos ellos un espacio para manifestar sus traumas e iniciar el camino de la sanación emocional.
Título original: Je verrai toujours vos visages
País: Francia
Duración: 118’
Fecha producción: 2023
Distribuidora: La Aventura Audiovisual
Color: Color