Licorice Pizza

Crítica Licorice Pizza

Análisis

El cine de Paul Thomas Anderson regresa con viraje hacia lo aparentemente trivial para mostrar algo que no lo es: cómo cada época contiene sus transformaciones y sus jóvenes susceptibles al amor y a forjarse una identidad.


Vaivenes inesperados, otros muy previsibles y aventuras de muchos tipos. Así organiza Paul Thomas Anderson esta particular trama romántica que fraguó durante el confinamiento. Sin embargo, sin arrebatar el liderazgo a los dos jóvenes protagonistas, Licorice Pizza es más bien una trama de amor a la época de juventud del director.

Precisamente, el título viene de una cadena de tiendas de discos de esos años, los setenta. Y al hilo de las peripecias que viven Alana y Gary, el espectador se pasea por costumbres, espacios, modos de vivir, de hacer política, de hacer negocios, de coquetear con las drogas, de vivir la crisis del petróleo, el ocaso de algunas estrellas de cine y muchos otros elementos que convierten al film en una mina de referencias que no estorban la ligereza de la narración.

Paul Thomas Anderson deja, aquí, la elegancia turbia de El hilo invisible, la complejidad de Magnolia o la oscuridad del alma de Pozos de ambición. Ahora, indaga en un conjunto más luminoso, sin evitar las incomodidades y sufrimientos de un amor que parte de ser imposible y que se deja llevar entre deseos de madurez, de impresionar, de despertar celos y de cuidar.

Tanto Alana Haim como Cooper Hoffman entran en la gran pantalla por primera vez, aunque Thomas Anderson ya había realizado diversos videoclips del grupo musical que Alana tiene con sus hermanas. Por su parte, Cooper Hoffman es hijo de Philip Seymour Hoffman, con quien el cineasta ya había trabajado. No obstante ser su primer largometraje, ambos desprenden una naturalidad discreta y convincente.

En cuanto a la narración, los detalles de guion cosen muy bien una estructura que sin ser convencional tampoco desconcierta. Avanza a pasos pequeños, con solidez y pormenores siempre sugerentes. En este sentido, la escenografía es absorbente y deja claro que los espacios, colores, gráficos y estilos vida son parte esencial de Licorice Pizza y no un adorno o un contexto para Alana y Gary.

Sin duda, la fotografía de Michael Bauman –también en su primer gran trabajo en solitario– cautiva y deja que su granulado, sus tonos y los encuadres de Thomas Anderson nos persuadan de que estamos en los 70, una década que tenía su gracia, pero también penumbras y eclipses.

De hecho, gracias a las paradojas que presenta (con timidez), esta propuesta de despertar al amor y de búsqueda del crecimiento se convierte en algo tan trascendental como intrascendente. No hay que buscar al Anderson grave y absoluto, sino a uno más liviano sin dejar su latente densidad.

Firma: Lourdes Domingo

ficha técnica

Director: Paul Thomas Anderson

Guionistas: Paul Thomas Anderson

Intérpretes: Alana Haim, Ben Safdie, Bradley Cooper, Cooper Hoffman, Joseph Cross, Maya Rudolph, Sean Penn, Tom Waits

Género: Comedia, Drama, Romántica

País: EE.UU.

Fecha estreno: 11/02/2022

Lenguaje: Vulgar

Público

+16 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Valores

Alana Kane y Gary Valentine se conocen de forma casual en la cola de las fotografías para el anuario del instituto de Gary. Empiezan así un conjunto de idas y venidas que van ilustrando el modo de vida en el Valle de San Fernando en 1973.

Título original: Licorice Pizza

País: EE.UU.

Duración: 133'

Fecha producción: 2021

Distribuidora: Universal Pictures

Color: Color

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