Lo que esconde Silver Lake

Lo que esconde Silver Lake es una de esas propuestas desconcertantes y alocadas que puede producir en el público o bien una reacción apasionada o bien odiosa. David Robert Mitchell (El mito de la adolescencia) vacía todo su inventario en esta película de culto y acoge numerosas referencias: al cómic, cine, arte, música e incluso guiños a directores y a personajes públicos. El cineasta agita este cóctel de cultura pop y lo sirve en un misterio sin sentido aparente que ocurre en las colinas de Hollywood.

Mitchell quiere crear una experiencia donde lo absurdo se convierte en reiterativo. Para ello, decide usar un lenguaje vulgar en formas y estilo que retrata una de esas realidades idealizadas por muchos jóvenes: vivir en libertad y cuestionando la verdad. Sin embargo, este concepto se plasma en una simplificación en la que la droga te hace soñar, las raves y el sexo te llevan de un lugar a otro y las interpretaciones del universo quieren hacerte creer en una conspiración mundial que termina por arrastrar tu propia ideología.

Andrew Garfield interpreta el papel protagonista de este carnaval. Y pese a que el thriller, la comedia y el terror aporten buen ritmo a la historia, Garfield avanza en la trama de manera muy monótona. No obstante, aún deduciendo que esta falta de energía es decisión del guión, su actuación satisface pero no emociona.

Y es que Lo que esconde Silver Lake busca ser la voz de una generación insatisfecha, aunque el guión se pierde en su ansia demolerlo todo.

Firma: Carla Sciamma