Megalópolis, la última creación de Francis Ford Coppola, se estrena envuelta en una desconcertante polémica que ha enfrentado a cineastas, críticos y cinéfilos con un enconamiento demencial. Lamentablemente, tanto para afines como detractores, esta pelea ha desviado la atención de la propia película, que debería ser el único objeto de análisis y estudio. La abajo firmante va a zanjar la polémica con una sencilla afirmación: Francis Ford Coppola es el director de El Padrino. Y ya está, cualquier descalificación personal o comentario peyorativo sobre su trabajo, queda fuera de juego.
En cuanto a la película, es fascinante, arrolladora, inteligente y, como su protagonista, visionaria. Y a su vez, como ese mismo protagonista, es exagerada, desproporcionada, inútilmente alocada, pretenciosa, tontamente pedante y, además, demasiado larga.
El mismo Coppola subtitula su producción diciendo que es una fábula. Una metáfora sobre el devenir histórico, situación presente y futuro de la “nueva Roma”, Estados Unidos: la gran potencia que por su pragmatismo e influencia puede emular a la antigua urbe. Basándose, muy libremente, en los personajes de La conjuración de Catilina de Salustio, despliega una enrevesada trama de corrupción, ambición y lujuria. En ella resalta los más bajos instintos del ser humano, pero, curiosamente, con un ramalazo claramente esperanzador.
Como he comentado al principio, al realizador se le va la mano en todo. Cuarenta años de revisiones de guion, según él mismo cuenta, lo han convertido en una colección de máximas en muchos casos inconexas. Rellena el metraje además con algunos soliloquios mudos del protagonista, y de algún otro personaje, para mostrarnos su caída libre existencial mediante sicodélicas escenas carentes de profundidad o reflexión. Por no hablar de la insistente y maquinera muestra de la decadencia social más cercana a la crisis final de Imperio del siglo IV que a la del final de República en el I a.C., cuando aparecieron Catilina y Cicerón.
Y a pesar de todo esto, Megalópolis encandila y engancha. Quizá embauca, no lo sé. Pero es muy difícil sustraerse al inmenso trabajo de Milena Canonero, quien diseña el vestuario aunando la indumentaria contemporánea y la del mundo clásico de un modo muy convincente y con un toque extravagante que refuerza lo decadente. También se admira el diseño de producción, que bebe de la Metrópolis de Fritz Lang, de las antiguas películas de gánsteres y que se apoya en los avances técnicos para ofrecer unos efectos especiales propios del siglo XXI.
Se disfrutan los destellos habituales del cine de Coppola, con la familia como epicentro social y fuente de héroes y villanos. Y, en definitiva, nos rendimos ante un film de resultado irregular pero brillante en su punto de partida y en su factura visual. A mí me vale.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Francis Ford Coppola
Guionistas: Francis Ford Coppola
Intérpretes: Adam Driver, Aubrey Plaza, Giancarlo Esposito, Jon Voight, Laurence Fishburne, Nathalie Emmanuel, Shia LaBeouf, Talia Shire
Género: Drama
País: EE.UU.
Fecha estreno: 27/09/2024
Lenguaje: Coloquial
Un arquitecto rico y visionario, César Catilina, quiere reconstruir la Nueva Roma (Nueva York) y prepararla para el futuro. Sin embargo, su proyecto cuenta con la firme oposición del alcalde de la ciudad, Cicerón. Ambos representan a dos grupos influyentes que lucharán por hacerse con el poder. El asunto se complica cuando Julia Cicerón, se enamora de Catilina.
Título original: Megalopolis
País: EE.UU.
Duración: 138'
Fecha producción: 2024
Distribuidora: Tripictures
Color: Color