Paradise is burning

Mika Gustafson dibuja un retrato social sobre el abandono parental y la sororidad fraternal. Para ello, no usa una crítica directa y subrayada, sino que busca la comprensión desde la empatía con las tres protagonistas. Así pues, Paradise is burning se funda primordialmente en torno a una construcción detallada de personajes.

La realizadora sueca muestra un lento desmoronamiento del pequeño idilio que Laura, Mira y Steffi –interpretada por una Safira Mossberg, que se come la pantalla ella sola– han creado ante la ausencia de su madre. Una realidad que comparten también con sus amigas cercanas y ante la que hacen frente, como pueden, con la ayuda de secundarios que, igualmente, permiten ahondar en otros asuntos sociales.

A pesar de esa subsistencia malograda, cada una de las tres hermanas busca referentes paternales en el exterior e intenta encontrarse a sí misma más allá de la cruda realidad que les ha tocado vivir. De esta manera, Paradise is burning plantea un argumento mayormente descriptivo y ambiental, sin grandes giros, que busca adentrarse en esos mundos individuales de cada de una de ellas.

Con todo, Mika Gustafson es una sólida creadora de atmósferas y se nutre del espíritu juvenil de sus protagonistas para la realización dinámica que propone, marcada en varios puntos por montajes musicales próximos al estilo del videoclip. Pero, más allá de ello, deja libertad al espectador para juzgar y reflexionar, sin establecer ella un juicio moral a ninguno de los personajes –ni presentes, ni ausentes–. Tan solo expone y deja que cada uno se sumerja y experimente con la misma libertad con la que las tres hermanas intentan sostener su paraíso.

Firma: Yoel González