Posesión infernal: el despertar

Posesión infernal: el despertar presenta una producción que, por desgracia, no supera a sus predecesoras, como la original o el remake de 2013 con su mismo nombre.

El gran problema de la cinta es que su trama se coge con pinzas. Su guion escueto no llega a ninguna parte, puesto que no hay justificación ni respuesta para el mal que les acecha. Así, deja solo la opción de huir y sobrevivir. La esencia del género suele estar en encontrar el origen del mal, su causa y poder confrontarlo y resolverlo, aunque se deje la posibilidad de futuras secuelas.

Los efectos especiales son buenos, muestran mucho gore y escenas repugnantes, las cuales se ven extremadamente reforzadas por la banda sonora. Sin embargo, tampoco consigue una reacción de susto o escalofriante horror, como otras franquicias del estilo. Su conjunto resulta ineficaz y simplista. Una madre poseída que se sube por las paredes con una voz robótica no es suficiente para soportar el peso del film, ni tan siquiera con los otros personajes que participan.

En cambio, los últimos 20 minutos de la propuesta sí que resultan prometedores y la película logra un final satisfactorio, con una explosión de muertes que sacia y hace disfrutar al espectador. Claramente, dan pie a seguir con la saga, esperemos que esta vez con una historia más trabajada.

Firma: Laia Varo