The habit of beauty

El joven inglés Mirko Pincelli rueda su primer largometraje cuyo guion corre a cargo de Enrico Tessarin, un productor con el que ya había trabajado en Uspomene 677. Ambos querían hacer algo muy personal y lo han conseguido. Realmente esto se nota en la esencia que transmite la cinta: amor-odio por una ciudad de todos y de nadie junto con la pasión por salir hacia delante.

The habit of beauty deja una extraña visión. Pese a no estar madura en mucho de sus aspectos, resulta tremendamente convincente y parece ser una prueba de originalidad y ambición. No obstante, el guión desconcierta en muchos momentos porque quiere convertirse en algo que no es. Y la psicología de los personajes está poco trabajada.

Hay recursos que funcionan y otros que no pero, a pesar de ello, Pincelli triunfa. Una de las razones quizás se deba a la elección del reparto, que parece que se interpreten a sí mismos. Esta decisión, junto con las localizaciones (desde los suburbios de Londres a los bosques italianos), hace de la película un producto veraz y sin maquillar. Y, precisamente aquí, es donde recae la magia.

El film busca centrarse alrededor de las metas, del amor y de la pérdida. En realidad, patina un poco en cuanto al amor y a la pérdida se refiere porque el tema se trata mal y por encima. Sin embargo, de lo que sí habla es del sueño de seguir andando hacia el cambio. Mientras, nos deja reflexionando sobre otras problemáticas como la reinserción o el saber afrontar la muerte.

Firma: Carla Sciamma