Terrence Malick logra conmover e impactar con una historia de amor en mitad de la guerra, sin necesidad de recurrir a las habituales escenas de sexo o excesos de sangre. El director apuesta por abandonar cualquier recurso comercial y exponer, con gran cuidado de los detalles, la vida de Franz Jägerstätter, dando importancia al fondo, sin forzar ningún tipo de sensacionalismo.
No obstante, la forma también es una joya y Malick obsequia a la audiencia con sus particulares planos. Las imágenes son de gran belleza y hay un interesante contraste entre aquellas del campo, que contagian paz e inocencia, y las de ciudad o interiores que, con la angulación de la cámara y la deformación de las caras, transmiten desasosiego y sensación de encierro.
La experiencia es abrumadora, no solo por la trama, sino por todos los elementos que la rodean. La vida de Franz, su lucha por defender lo que le dicta la conciencia, aún en contra de la sociedad y con el peligro de ser condenado a muerte, o su concepción de la libertad provocan conmoción en el espectador, que trata de entender la ética que plantea el film. Además, la crueldad del nazismo, los gritos, la banda sonora y la duración de la cinta contribuyen a generar angustia en el público, que acaba agotado de tantas impresiones.
Son muchas las piezas que hay que encajar para procesar el largometraje. Y la clave se encuentra justo en lo oculto: la fe, los diálogos convertidos en oración, las cartas, la libertad de conciencia. Todo desemboca en una emoción final que no precisa de adornos dramáticos para sobrecoger al auditorio y que envuelve la idea central con una cita de George Eliot: “…el bien creciente del mundo… se debe en parte al número que vivió fielmente una vida oculta…”. La película gira en torno a ese mismo encubrimiento que todo el mundo echa en cara a Franz: su firme coherencia para no quebrantar sus principios no servirá de nada porque pasará desapercibida. Sin embargo, se deja ver que no fue así a través de personajes sorprendidos por su unidad de vida o una brillante conversación con un juez interpretado por Bruno Ganz.
El trabajo de August Diehl y Valerie Pachner como protagonistas es sobresaliente y completa el conjunto que integra Vida oculta. Es una obra maestra que desprende una gran lección, sobre la que se profundiza a lo largo de tres horas: actuar en conciencia pero sin orgullo ni juicios o desprecio a los demás.
Firma: Patricia Amat
Director: Terrence Malick
Guionistas: Terrence Malick
Intérpretes: August Diehl, Bruno Ganz, Maria Simon, Matthias Schoenaerts, Michael Nyqvist, Valerie Pachner
Género: Biográfico, Drama, Romántica
País: Alemania, EE.UU.
Fecha estreno: 07/02/2020
Lenguaje: Coloquial
Franz Jägerstätter es un granjero de Radegund que vive con su mujer y tres hijas. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se niega a jurar lealtad a Hitler convirtiéndose en el único objetor de conciencia de su pueblo.
Cuando lo llaman a filas, acaba en prisión por oponerse a participar en un combate que considera injusto. Durante su encierro, empieza a escribir una serie de cartas a su familia, que posteriormente fueron publicadas bajo el título Letters and writings from prison.
Título original: A hidden life
País: Alemania, EE.UU.
Duración: 174'
Fecha producción: 2019
Distribuidora: Disney
Color: Color