La nostalgia de la protestas con enjundia empieza inundando un film de gran carácter, al que se le transparentan las ganas de remover esa energía dormida que hiberna bajo el bienestar que los protagonistas de esta historia consiguieron para nosotros.
Bien por Cabaco que, en su ópera prima, rescata de la memoria una historia aún por juzgar, unos muertos que se siguen llorando y algunas reivindicaciones silenciadas.
Se estrena pues con un tema de tiros largos en el que laten inquietudes aún no apaciguadas. Y en busca de esa conexión con el presente, ha enrolado caras poco conocidas, algunas de las cuales son más que promesas, Ruth Díaz y Amaia Aberasturi dan vida a dos mujeres que llevan la historia de principio a fin. Ellas son el hilo conductor que, entre asamblea y huelga, introducen dos tramas paralelas que descongestionan la densidad de esta película denuncia.
La carga final que se saldó con cinco muertos y 150 heridos se recrea con acierto al reforzar las tomas con imágenes de archivo y audios de las brigadas policiales felicitándose por la gran paliza que metieron a los huelguistas. Un buen título para la memoria.
Firma: Anna Puigarnau
Director: Víctor Cabaco
Guionistas: Hector Amado, Juan Ibarrondo
Intérpretes: Alberto Berzal, Amaia Aberasturi, José Manuel Seda, Mikel Iglesias, Ruth Díaz
País: España
Fecha estreno: 01/04/2019
Lenguaje: Coloquial
El 3 de marzo de 1976, en medio de una larga huelga de la industria pesada, la policía irrumpe en una asamblea de trabajadores en la iglesia de San Francisco en Vitoria.
Título original: Vitoria, 3 de marzo
País: España
Duración: 90'
Fecha producción: 2019
Distribuidora: Filmax
Color: Color