El joven Karl Marx

Siempre es bienvenida una película que ayude a la comprensión de las diversas vicisitudes por las que ha transitado el logro de una nueva postura dentro del comportamiento humano. Esto es aún más importante cuando se trata de una postura muy notoria que ha formado parte de la relación social entre patronos y obreros.

Desde el principio, la lucha por la defensa de nuevas oportunidades dentro de este numerosísimo segmento –en el que incomprensiones e intereses se conjugaron de forma muy distinta– siempre ha formado parte de la, a veces, tortuosa línea interpretativa de los hechos. Sin embargo, por suerte y también por convicción, el entendimiento en dicha relación ha llegado a niveles de mayor coherencia con los tiempos que forman parte de nuestras actuales formas de proceder. Pero siempre, con el objetivo de reducir las diferencias sociales y especulativas, se ha luchado con inusual voluntad para conseguir la mejor estabilización del mundo laboral.

Sin duda Marx y Engels, tal como el film de forma preferentemente documental expone, fueron figuras definitivas en el inicio de esta revolución social que, como todas, pueden, o no, llegar a objetivos ideales, aunque siempre parten de una base en la que se intentan, y a veces se consiguen, crear nuevas oportunidades para el conjunto de seres, hombres y mujeres que constituyen la parte más importante de la creación.

El joven Karl Marx lo refleja… a pesar de que, en ocasiones, la impúdica codicia lo impida.

Firma: Joaquín Guitart