Entre Eugenio Mira y Rodrigo Cortés han confeccionado un entretenidísimo e interesante thriller psicológico que, en apenas hora y media, nos vuelve a someter a la una tensión que desde el gran Hitchcock casi había desparecido de las salas de cine.
El planteamiento es sencillo (una grave amenaza en un espacio cerrado y un protagonista cuya supervivencia depende de que no intente impedir el crimen), sin embargo los elementos que intervienen se conjugan de una manera tan acertada que el espectador queda enseguida inmerso en la tensión y terror que siente el pianista.
Ya en los créditos iniciales, los planos detalle del interior de un piano, moviéndose sigilosamente al ritmo de una música intencionadamente discordante, van sumergiendo al público en la atmósfera que debe envolver la historia. El efecto continúa durante los prolegómenos del concierto hasta llegar al punto de inflexión en el que Selznick, un fantástico Elijah Wood, lee la nota de la partitura. A partir de ese momento, el guionista y el director se jugaban la película pues era fácil, según la premisa argumental, caer en el aburrimiento; sin embargo, acaban sorteando esa dificultad con éxito.
Juegan con los planos para evitar el hastío, girándolos, alternando picados y contrapicados, primeros planos, efectos de espejo con la brillante superficie del piano y sobre todo enfocando los ojos de Wood y sus dedos moviéndose ágilmente sobre las teclas. Vemos en todo momento al propio Selznick tocando (o haciendo que toca) el piano. Acierto del director, y mérito del actor, haber ensayado la posición de los dedos y la postura de los pianistas para hacer aún más creíble la situación del protagonista. El escenario en el que se desarrolla, de marcadas líneas geométricas y un rojo intenso y desestabilizante, contribuyen a transmitir el terror del momento.
Toda la dirección artística está al servicio de esta sencilla historia. El atrezzo del camerino, el smoking en la limusina, el vestuario fuera de lugar de los amigos que nunca han ido a un concierto de este estilo, el catering de los miembros de la orquesta… Con unas pocas pinceladas, han sido capaces de crear el ambiente necesario para que todos acompañemos a Selznick en su aventura.
También es sencillo pero eficaz el retrato de los personajes. El miedo del protagonista, el perseverante apoyo de su mujer y los buenos y sensatos consejos del director de orquesta hacen que resulten personajes cercanos y positivos. Incluso el móvil del criminal resulta creíble y alejado de cualquier perversión o violencia gratuita.
Todo parece funcionar con la precisión de un reloj suizo, pero supongo que hasta la maquinaria más perfecta falla. Es una lástima que hayan querido prolongar innecesariamente la película con un epílogo efectista y, peor aún, superfluo que le resta brillantez, aunque no consigue borrar el buen sabor de boca que deja el disfrutar de esta producción española.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Eugenio Mira
Guionistas: Damien Chazelle
Intérpretes: Alex Winter, Dee Wallace, Don McManus, Elijah Wood, John Cusack, Tamsin Egerton
Género: Thriller
País: España
Fecha estreno: 25/10/2013
Lenguaje: Coloquial
Desde hace cinco años Tom Selznick no se ha subido a un escenario. Estaba considerado, a pesar de su juventud, el mejor pianista de su generación pero, en su último concierto, un error al tocar una complicadísima pieza le provocó un ataque de pánico y el miedo escénico le mantuvo alejado de los teatros todo este tiempo.
Ahora, por insistencia de su mujer y como homenaje al que fuese su mentor, viaja a Chicago y vuelve a enfrentarse al público y a su propio temor al fracaso. Cuando ya ha comenzado su actuación, descubre una nota escrita en la partitura en la que un francotirador le amenaza con la muerte si falla una sola nota.
Título original: Grand Piano
País: España
Duración: 90'
Fecha producción: 2013
Distribuidora: Paramount Pictures
Color: Color