Jem y los hologramas

En los años 80, Hasbro lanzó una serie de animación, Jem and the holograms, con la intención habitual de vender unas muñecas. El éxito no fue muy duradero y veinte años después llega esta adaptación, aprovechando el tirón de los niños espectáculo nacidos en la viralidad digital.

El guión fagocita todos los clichés de los preadolescentes disneychannel, mientras los une a la nostalgia por la familia que siente la protagonista. Todo se explicita a través de unos diálogos de corta y pega de tantas series e incluso films para televisión. No hay originalidad. Por eso, mientras la trama predica autenticidad y valores, también vende una fatua fascinación por el éxito musical, el reconocimiento social a través de la fama y el refuerzo de la autoestima en la exposición en las redes sociales.

Jon M. Chu (G.I. Joe: La venganza) es también el director de los dos documentales sobre Justin Bieber. En esta ocasión, Chu demuestra que sabe mucho sobre las aspiraciones manipulables de un preadolescente y, por eso, compone una realización basada en la interacción con las pantallas (ordenadores, móviles, televisiones, redes sociales) y un montaje de videoclip musical en no pocos pasajes.

Aunque se trata de una apuesta muy prescindible, no es la peor candidata en su especie que ha pasado por la pequeña o la gran pantalla.

Firma: Lourdes Domingo