Kingsman: el círculo de oro

Secuela del film de 2014, en el que repiten gran parte del equipo técnico y artístico y también repiten los clichés y los esquemas de una trama de espías recargada de violencia y metralla.

De nuevo el cómic The secret service de Mark Millar y Dave Gibbons revive en la gran pantalla. En esta secuela, también repiten como director y guionista Matthew Vaughn (Stardust, Kick-ass, X-Men: Primera generación) y Jane Goldman (The limehouse golem) para repetir, a su vez, lo que había funcionado en 2014.

Continuidad y perpetuación es la tónica también de gran parte del casting, de la violencia y la camaradería gentlemen, con la gran novedad de que ahora los Kingsman hacen las Américas. Lo que es eficaz no se ha tocado, incluido ese sinsabor y vacío que dejan minutos y minutos de metralla, coreografía supuestamente cómica de muertes crueles y el tono autoparódico que, esta vez, asume de lleno Elton John.

Complacido de sí mismo, el film se permite apelmazar clichés como una América del sur reino de la droga y de personajes sumisos, y una América del Norte castigada por presidentes que no entienden la debilidad humana del consumo privado de estupefacientes.

Con esta simplicidad expresa y voluntaria, Kingsman: el círculo de oro remata un traje a medida que parece británico pero que, en realidad, es de hechura más hollywoodiense.

Firma: Lourdes Domingo