Cuando Zoe Berriatúa recogió el Premio de la Crítica que le otorgaron en el Festival de Cine y Arquitectura de 2015 comentó, para sorpresa de cualquiera con un poco de memoria, que Los héroes del mal hablaba de un tema incómodo (hasta ahí bien) y poco habitual en las pantallas españolas. Si hay algún tema que inunda el panorama cinematográfico nacional es el de los adolescentes incomprendidos y marginados abocados a moverse entre la droga y la delincuencia. Desde los Perros callejeros a El bola, pasando por las Historias del Kronen, estos jóvenes han conseguido, de la mano del otro gran tema, la Guerra Civil, hastiar a gran parte del público patrio. Zoe Berriatúa, por tanto, podía haber dicho muchas cosas buenas y ciertas de Los héroes del mal, pero de ningún modo calificarla de original o innovadora.
Lo más positivamente llamativo de esta película es la sinceridad y el cariño con el que el realizador madrileño se acerca a sus personajes y a sus problemas. Hay, y eso se nota, un trabajo concienzudo por su parte y una fe y una confianza absoluta de todo el equipo en que este proyecto funcionara.
Resulta fácil, tanto por el guión, como por las interpretaciones, acercarse al trío protagonista, individualizarlos y compadecerlos en sus distintos avatares. Una buena ambientación y un perfecto diseño de vestuario facilitan también esta empatía con los personajes principales.
Y precisamente de la mano de ese gran acierto viene lo fallido del film. Cuanto más conoce el público a Aritz, Sarita y Esteban, más interés tiene en bucear en los orígenes de su comportamiento y más decepción se lleva al darse cuenta de que se ha puesto toda la energía en plasmar sus desmanes y su decadencia ignorando otros aspectos de sus biografías que podrían resultar reveladores y enriquecer, aún más, esos potentes personajes.
Se puede aducir que el problema de los adolescentes es el desconcierto propio y de los que les rodean ante los cambios internos que experimentan a esas edades y las agresiones externas que sufren. No obstante, al volver a contarnos un fenómeno juvenil desbocado sin enmarcarlo en un entorno familiar o social concreto pierde toda originalidad y desperdicia tres prometedores caracteres.
Que el peso de la historia recaiga sobre Aritz y que su realizador no se arriesgue a enfrentarse a él y a su desquiciado comportamiento, hace que la película, como ya he comentado, se incline hacia lo meramente provocador o transgresor. Y la primera víctima, a juicio de la que suscribe, es Esteban, el interesantísimo personaje interpretado por Emilio Palacios. Éste ofrece unos matices mucho más ricos y una personalidad mucho más fuerte, pero resulta finalmente fagocitado por los desvaríos de Aritz y la (prometedora) inexperiencia de Berriatúa.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Zoe Berriatúa
Guionistas: Zoe Berriatúa
Intérpretes: Beatriz Medina, Emilio Palacios, Jorge Clemente
Género: Drama
País: España
Fecha estreno: 11/09/2015
Lenguaje: Coloquial
El curso escolar comienza y Aritz intenta hacer nuevos amigos, pero no solo no lo consigue sino que en el recreo es agredido y humillado, a pesar de que Esteban, otro chico de su clase le defiende. Se hacen amigos para sentirse apoyados ante las agresiones de los demás y pronto se les unirá Sarita.
Juntos optarán por responder a los ataques y se entregarán a una vida de drogas, sexo, violencia y alcohol. Si embargo, la desequilibrada y compleja personalidad de Aritz acelerará la inevitable bajada a los infiernos.
Título original: Los héroes del mal
País: España
Duración: 98'
Fecha producción: 2015
Distribuidora: Sony
Color: Color
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