Los hombres libres de Jones

Conocimos a Gary Ross con un primer y fantástico guión en Big y tras más de treinta años de oficio, con títulos tan dispares como Pleasantville, Dave, presidente por un día o Los Juegos del Hambre, nos sorprende con un film histórico XXL.

Ross aborda a lo grande una historia difícil de digerir para los americanos incluso en la actualidad. Y, en plena efervescencia Trump, se atreve a rodar un biopic cuyo protagonista luchó por la igualdad racial y social. Sí, parece una óptica obviamente correcta, pero esta película ha levantado ampollas en los sectores más reaccionarios de la sociedad americana. Para el resto, es un relato épico bien narrado, con una escenificación de la Guerra Civil como no hemos visto antes, realista y descarnada que nos lleva a reflexionar sobre la moralidad de la guerra.

De la mano del antihéroe Knigth, interpretado con agudeza por McConaughey, recorremos los escenarios bélicos, los pantanosos refugios de esclavos evadidos y los miserables cobertizos de los granjeros blancos, todos iluminados por el talentoso Benoît Delhomme. Este realismo hace que la pantalla nos engulla y nos lleve a tomar partido en el asunto de forma que, días después del visionado, aún nos preguntemos por las razones de este héroe abolicionista. Una buena y ambiciosa película con único defecto: de tanto abarcar afloja hacia al final pero, sin duda, vale la pena verla.

Firma: Anna Puigarnau