Qué fue de Brad

El director, escritor e incluso personaje esporádico de Qué fue de Brad carga sobre sus espaldas otros guiones como Escuela de rock y The good girl. La verdad es que Mike White hace un salto de calidad como director y entrega una cinta que gira alrededor de la crisis que a veces sucede cuando se acerca la mediana edad. La trama trata el asunto de manera agitada, lanzando muchas preguntas al aire y, gracias a ello, el público puede destilar respuestas.

White plantea la frustración de proyectarse en una vida que nunca vivirás. Asimismo, tantea temas a la orden del día como el poder que tienen las redes sociales para alimentar fantasías. Y la película sabe remarcar que, al fin y al cabo, son problemas del primer mundo; cuestiones de esa gente que ve la existencia como un parque y no un campo de batalla, sin darse cuenta de que los miedos que padecen son sobre uno mismo y no contra los demás.

El mensaje de White es muy reiterativo y puede cansar un poco. De hecho, el film decae hacia la mitad, pero un final un poco ñoño termina salvándolo. Y, como la potencia de Qué fue de Brad está en lo que se quiere trasmitir, el resto pasa a segundo plano. Las voces en off de la conciencia se apoderan de las reflexiones y sus sueños de la pantalla.

El brillante Ben Stiller calza un papel amoldado a él. Parece que tengamos un déjà vu al verle re-actuar alguna situación muy parecida a Los padres de ella. Mientras tanto, deja lucir su parte más humana y menos cómica. Y tampoco se olvida de aportar momentos graciosos que no siempre vienen dados por el guión.

Con todo, el título desgrana la esencia del hombre postmoderno. Todos se pueden sentir identificados, sobre todo aquellos que son padres. ¿Qué vida imaginaste para ti?

Firma: Carla Sciamma