Retratos de familia

Anthony Chen es un joven realizador de Singapur, formado en Inglaterra, que sorprendió en Cannes con su opera prima, ésta que nos ocupa, hasta el punto de recibir la Cámara de Oro, el galardón que se otorga a los directores noveles.

Basada en parte en la experiencia de su propia infancia, etapa en la que convivió y fue educado en gran medida por una criada filipina, Chen realiza con solvencia un sencillo retrato de una familia normal en una época también normal de la historia de su país. Su film es un retazo de realidad, una pincelada certera con la que refleja las vicisitudes de la gente de a pie de una manera universal, comprensible en cualquier punto del planeta a pesar de lo curioso que puedan resultar (cada vez menos) en occidente algunas costumbres orientales.

Teresa (Terry) entra discretamente en la vida de los Lim y comienza a dejar un poso de humanidad en Jiale, además de suponer un detonante para la sinceridad y la comprensión en las enrarecidas relaciones matrimoniales de los padres.

Ciertamente se percibe la juventud de Chen. Le faltan la profundidad de Koreeda y el lirismo de Yamada para culminar un relato cinematográfico completo. La inclusión de demasiados agentes externos (el suicida, el telepredicador…) distorsiona, a mi juicio, el retrato del núcleo familiar aunque funcionen como catalizadores de las acciones de los protagonistas.

Interesante y correcta, Retratos de familia, es un buen ejemplo de cine humano con un sabor oriental más cercano a occidente de lo que podríamos imaginar.

Firma: Esther Rodríguez