Templario

En su tercer largometraje como director, English nos presenta un film repleto de violencia y escenas desagradables. El guión es pasable y, aunque tiene diálogos buenos sobre el sentido de la vida –entre Marshall, el templario y un joven guerrero-, el resto de la película hace que desluzcan por completo y tan sólo quedan escenas cargadas de acción en exceso. Sangre, vísceras y amputaciones son el eje central de lo que se muestra en pantalla.

Templario recrea sin escrúpulos la brutalidad de las batallas de la Edad Media con una buena puesta en escena, aunque sin ser fiel a la historia. El director se atreve, esta vez, con un largometraje que muestra el asedio al castillo de Rochester mezclado con ingredientes propios. Por ejemplo, en la película, el rey Juan I cuenta con el apoyo de un ejército de vikingos para conquistar el castillo que le impide reinar aunque, en realidad, estos no participaron en dicho momento histórico.

Los personajes están extremadamente estereotipados. Pese a esto, las actuaciones de los personajes son buenas y aportan verosimilitud a la historia, especialmente la interpretación de James Purefoy como templario. La música es también un acierto y le da un plus a una película exclusiva para amantes de la violencia.

Firma: Laura Llauradó