
En esta segunda entrega, carente de un villano potente, hay más violencia, moralinas y menos consistencia.
En esta segunda entrega, carente de un villano potente, hay más violencia, moralinas y menos consistencia.
Esta tercera entrega acelera el ritmo y sube decibelios para disimular las carencias de un guion que deja a los personajes algo desprovistos de su encanto original.
Secuela del film homónimo de 2015 que abunda en las cuestiones fronterizas, en el
crimen y la guerra sucia, mientras el guion, la dirección y los actores componen una
película que se sigue con interés.
Un drama judicial que se ahoga en el desinterés que provoca el guión, confuso en sus diálogos y protagonizado por un rol que genera poca empatía.
Esta especie de parodia de la interacción entre las relaciones amorosas y leyes físicas carece de fluidez y de gracia.
Una convincente película sobre uno de los protagonistas de la primera evangelización cristiana. Hyatt cuenta la trama tanto para creyentes como para no creyentes e intenta hacerlo con estrategias que la hagan más interesante.
Los personajes de Beatrix Potter se adaptan a la gran pantalla, en la edad contemporánea y con una mezcla de imagen real y digital elaborada y acelerada.
Una americanada que nos habla de algo muy profundo; la segunda oportunidad que te brinda la vida.
Esta adaptación literaria resulta una remorosa película, embelesada en su preciosismo formal. El guión se centra en una única trama gay de despertar sexual, con desigualdad de edad de por medio y muy incompleta narrativamente.
Especie de continuación de la Jumanji de hace veinte años, en la que hay diversión y entretenimiento, pero en la que no se acierta con un tono poco acertado para su público, supuestamente familiar.