
Con un título sonoro y un variado reparto, esta singular película es de Navidad; parece poco o nada navideña; pero depara algunas sorpresas. Irregular y salvaje por momentos, deja algo sobre lo que reflexionar.
Con un título sonoro y un variado reparto, esta singular película es de Navidad; parece poco o nada navideña; pero depara algunas sorpresas. Irregular y salvaje por momentos, deja algo sobre lo que reflexionar.
Raúl Arévalo y Paz Vega son los intrigantes protagonistas de un thriller ubicado en plena crisis medioambiental. La tensión y el complejo desarrollo de los personajes combinan con los absorbentes paisajes mediterráneos.
En su primer largometraje, S.K. Dale nos presenta un violento thriller, con Meghan Fox liderando en la interpretación, que sumerge al espectador en una relación de abuso retorcida y llevada al extremo.
Marqués adapta uno de sus cortometrajes para hacer una sátira social sobre las desventuras del paro en nuestro país. Aunque demasiado largo para ser una película, y no un sketch, hará reír y sonreír.
Navot Papushado hila una serie de clips violentos con mucha acción, neones y unas actrices que han disfrutado con el proyecto. Pero fuera del magistral contenido visual, el film carece de argumento lógico y personajes definidos.
Regresan los mismos personajes y parte del equipo artístico y técnico con una de esas comedias de acción, donde lo absurdo y lo burdo ponen a prueba al espectador. Solo apta para quienes disfrutaron con la primera entrega.
Los roles y el trabajo de Karra Elejalde y Quim Àvila son lo más destacable de esta divertida comedia que cavila en torno a los diferentes conceptos del amor. El film es ligero y su objetivo es hacer reír a una audiencia específica.
Un trío de actores veteranos y concienzudos en su trabajo ofrecen un remake de estafas ambientado en un contexto cinematográfico. Una eficaz dirección artística se une a un guion divertido y muy entretenido para ponernos de buen humor.
El paso de Swale de los escenarios londinenses a la gran pantalla se salva, sorpresivamente, con más luz en la puesta en escena y captura del espacio que en la construcción de un guion que, en realidad, coquetea con el culebrón.
Genial y entretenidísimo regreso de Guy Ritchie a las historias de gángsters irresistibles que luchan por mantener sus códigos morales en un entorno de violencia y crimen. Matthew McConaughey borda el papel de un capo decidido a retirarse, a pesar de las trampas de sus enemigos.