
El notable debut de un estudio joven y con mucho futuro.
El notable debut de un estudio joven y con mucho futuro.
Tom Holland y Mark Wahlberg protagonizan la primera película basada en los videojuegos de Uncharted con una combinación excelente de humor, acción y referencias a la conocida saga.
El cine apocalíptico retorna de la mano de uno de sus expertos contemporáneos. Esta vez es la luna la que nos da problemas y Emmerich lo resuelve con todo lo bueno, malo y lo convencional que tiene su cine.
Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Un reparto estelar femenino encabeza esta historia vertiginosa de espionaje, en ocasiones genérica y predecible, pero que consigue su objetivo principal: entretener y amenizar un par de horas.
One shot no destaca por la novedad de su historia ni por unos personajes trabajados. No obstante, permite disfrutar con mucha acción y una apariencia de plano secuencia que aumenta la tensión y la adrenalina del público.
Esta precuela de la saga de espías cambia su tono hacia uno más serio, con reflexiones antibelicistas. Pero, por eso, no deja de entretener con acción y unos toques de humor, a veces, poco elegantes.
Dos décadas después, regresa el mundo Matrix a la gran pantalla con unas actualizaciones que abundan en el pensamiento ecléctico, los efectos visuales logrados y el entretenimiento.
Asterix y Obelix protagonizan una nueva aventura que tiene buenas ideas pero no todas están bien ejecutadas.
Las peripecias de un policía mediocre con ganas de aventuras conforman un film exagerado, lleno de coyunturas surrealistas, bromas ligeras y personajes clichés. Es un producto destinado a entretener a una audiencia que exija poco.