
Hugo Gélin afrancesa con gusto y acierto el patrón clásico de la comedia romántica. Su toque de fantasía y su escenario físicamente idílico pero sentimentalmente en tensión resultan eficaces.
Hugo Gélin afrancesa con gusto y acierto el patrón clásico de la comedia romántica. Su toque de fantasía y su escenario físicamente idílico pero sentimentalmente en tensión resultan eficaces.
En su ópera prima, Max Minghella (El cuento de la criada) nos trae una historia cargada de lucha personal y cuya protagonista (Elle Fanning) conecta con los espectadores.
Este largometraje turco nos trae una historia de amor paterno-filial, en medio de los horrores de la guerra. Se trata de una propuesta que logra enganchar al espectador y en la que destaca la interpretación de la joven Kim Seol.
La muñeca Annabelle regresa para hacer las delicias del público fiel. Dauberman se pone, esta vez, también detrás de la cámara para recrear lo de siempre con cierta elegancia.
Esta comedia gaditana (con director madrileño) quiere destacar como una historia social con personalidad, pero se queda a medio camino y resulta ser la “típica españolada”.
Mads Mikkelsen interpreta con excelencia a un hombre de muy buen corazón que lucha para sobrevivir. Ártico atrapa, angustia y consigue que el público empatice con su protagonista.
Disney sigue explotando su cantera para un nuevo –y no tan nuevo– espectador. Aladdin es un espectáculo de música, colorido y efectos especiales con un Will Smith que encarna la comedia en torno a la que gira toda la película.
Entretenido documental para los aficionados del jazz. Se trata del cercano retrato de una artista humilde, todavía joven y con mucho camino que recorrer.
Jenny Gage se estrena con una película que endulza y da razones para seguir usando a la mujer adolescente como un objeto. Estamos ante el arranque de una saga de adaptaciones de una historia tóxica.
Una trama muy simple enmarcada en las cuatro paredes de un supermercado que se llega a hacer monótona por la larga duración del film.