
Audiard sorprende con una propuesta que podría haber sido sugerente y profunda y se queda en un pobre retrato de cierta juventud contemporánea. Su obviedad desarma la promesa de una historia interesante.
Audiard sorprende con una propuesta que podría haber sido sugerente y profunda y se queda en un pobre retrato de cierta juventud contemporánea. Su obviedad desarma la promesa de una historia interesante.
La amistad entre dos niñas de ocho años da pie a una maravillosa reflexión acerca del vínculo materno-filial. Las dos pequeñas actrices protagonistas deslumbran en este conmovedor relato, sencillo pero profundo.
Calabacín es un tímido niño que después de perder a su madre tiene que ingresar en un hogar de acogida. Allí se encuentra con otros […]
Marieme vive en un barrio marginal con su madre, que pasa todo el día trabajando en la limpieza de un hotel; su hermano mayor, que […]