
Con una remarcable dirección y una envolvente fotografía y banda sonora, este film consigue entretener. Aunque su desarrollo es confuso, el relato da suficientes herramientas para reflexionar críticamente.
Con una remarcable dirección y una envolvente fotografía y banda sonora, este film consigue entretener. Aunque su desarrollo es confuso, el relato da suficientes herramientas para reflexionar críticamente.
Las escenas se repiten, las caricaturas cansan (el desdentado Duque de Brunswick usado como un comodín de dudosa comicidad), la suciedad y oscuridad envilece a todos los personajes (las escenas de los indígenas americanos son patéticas), la desinhibición sexual queda como un pegote y el continuo cambio de escenarios y épocas acaba por marear al espectador que se ha quedado en algún punto de la Patagonia esperando que alguien recupere la cordura.