Quiero un abuelo

Quiero un abuelo es un blog fundado con el objetivo de ayudar a crear una unión afectiva entre niños que no conocen el amor de un abuelo y ancianos que desean transmitir todo su cariño a un nieto. Su creadora, Leticia Jiménez, se basa en su propia experiencia al impulsar esta tierna y noble propuesta que aspira a conseguir que ni los pequeños ni los mayores se queden sin la oportunidad de poder explorar esta clase de afecto clave en la vida de una persona.

El portal cuenta con una estructura muy intuitiva, ideal para que cualquiera que tenga un mínimo de conocimientos sobre tecnología pueda acceder al contenido y demás funciones. El menú de la web está compuesto por el botón de “Inicio”, donde se explica la historia detrás de la creación de esta iniciativa, etc. Por otro lado, la pestaña “Blog” cuenta con subapartados que albergan el contenido principal de la página; así, los ancianos podrán trabajar en un vínculo sano con su “nieto adoptivo” con un pequeño manual de consejos, recetas, juegos, manualidades y cuentos. Además, también ofrece información sobre los medios en los que la asociación aparece y un método de contacto, así como facilita un formulario de suscripción al blog para recibir noticias sobre el proyecto.

Aun así, a pesar de su alta accesibilidad y una selección acertada de contenidos que complementa la experiencia, se echa en falta un mayor número de publicaciones sobre actividades para llevar a cabo entre nietos y abuelos, así como un apartado exclusivo y visible para que estos participen en la iniciativa.

En conclusión, Quiero un abuelo es un proyecto lleno de buena fe y muy necesario de acuerdo al contexto social en el que vivimos. En una sociedad individualista y una gran inversión del tiempo en las redes sociales, muchos mayores se sienten excluidos o desplazados de su entorno y el hecho de tener una oportunidad de generar relaciones intergeneracionales, en las que volcar todo el cariño que no pueden mostrar o no es apreciado, resulta un regalo para ellos. Asimismo, aquellos niños que no tengan abuelos, pueden disfrutar de una “segunda oportunidad” y vivir la experiencia de la mayoría. Se trata de un intercambio altruista entre individuos que necesitan expresar y recibir felicidad en un vínculo totalmente puro.

Firma: Ariadna Fernández