Un experimento de improvisación lleno de risas y situaciones surrealistas que, pese a los cuatro rostros conocidos que hacen de protagonistas, deja como resultado un guion algo ilógico y un final disparatado.
Esta precuela de la saga de espías cambia su tono hacia uno más serio, con reflexiones antibelicistas. Pero, por eso, no deja de entretener con acción y unos toques de humor, a veces, poco elegantes.
David Fincher consigue llevar al cine un guion escrito por su difunto padre que, además, es un sentido homenaje al cine. Elegante en las formas, se mueve en el terreno clásico de la puesta en escena del cineasta.
Rodeada por la nobleza del paisaje africano, Kate Beckinsale protagoniza un drama que discurre sobre las razones que empujan al ser humano a tomar decisiones y afrontar sus consecuencias.
Una curiosa y poco comercial adaptación de la famosa novela de Agatha Christie a la que le sobran minutos y le falta tensión.
La escenografía, el vestuario y los efectos especiales resultan espectaculares; pero se trata de un film sin coherencia narrativa ni personajes profundos. Eso sí, con un casting bien variopinto.
Reaparición de la famosa “especie” monstruosa en la gran pantalla. Como si fuera Godzilla, los efectos especiales engullen la escasa fuerza dramática del argumento y de los personajes.
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En los comienzos del siglo XIX, Inglaterra está invadida por una legión de zombis que amenazan con la supervivencia del país. Londres está fortificada y […]