
La cuarta entrega de los veteranos mercenarios no es más que otra sangría repetitiva y sin fondo. Tras la espectacularidad visual asoma una realización plana, un aburrido guion y una violencia desatada sin control.
La cuarta entrega de los veteranos mercenarios no es más que otra sangría repetitiva y sin fondo. Tras la espectacularidad visual asoma una realización plana, un aburrido guion y una violencia desatada sin control.
Cine de espías y guerras sucias, en el que Berg aporta la artillería pesada de su cine de acción y se olvida de poner la pausa a la violencia desmedida, así como de introducir una trama relevante desde el punto de vista humano y dramático.
El ambicioso y joven “Tigre”, Chen Lin-Hu (Tiger Chen) trabaja de repartidor en la ajetreada ciudad de Pekín, pero cuando acaba la jornada laboral se […]
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