
Cuando no se comprende un clásico, mejor no hacer adaptaciones porque se corre el riesgo de quedarse con la anécdota y olvidar lo fundamental.
Cuando no se comprende un clásico, mejor no hacer adaptaciones porque se corre el riesgo de quedarse con la anécdota y olvidar lo fundamental.
Novedosa en ritmos, fotografía, escenarios e historia, Presunto culpable convence más por los intentos de crear algo original que por el resultado.
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