
Linklater retorna con un film quizá menos suyo y quizá más convencional en algunos aspectos narrativos. Sin embargo, su llamada de atención a cultivar las relaciones personales en el seno de la familia es sugerente y positiva.
Linklater retorna con un film quizá menos suyo y quizá más convencional en algunos aspectos narrativos. Sin embargo, su llamada de atención a cultivar las relaciones personales en el seno de la familia es sugerente y positiva.
Dos historias se unen para crear una sola narrativa en un guión lento, pero que sabe desprender la magia que esconden los tesoros de un niño o de un museo. Una historia silenciosa apoderada por los sonidos y un fuerte mensaje de búsqueda personal.