
Una prescindible propuesta de Catherine Breillat que si bien demuestra un buen manejo formal, el trasfondo del film cae en un desinterés absoluto y en un desapego emocional.
Una prescindible propuesta de Catherine Breillat que si bien demuestra un buen manejo formal, el trasfondo del film cae en un desinterés absoluto y en un desapego emocional.
Aunque el relato adaptado de Lemaitre no es más que otra historia más de venganzas, el reparto hace un gran trabajo en sus papeles. Además, la detallista escenografía eleva el conjunto del film.
Con una gran sutileza el el director belga aborda la intimidad personal sin caer en tópicos complejos. La cámara sigue a los protagonistas para trasmitir al espectador todos sus sentimientos.
Esta película de contornos políticos y deseos filosóficos se queda en un conato de reflexión. Su supuesta inspiración en una obra de Stefan Zweig es un espejismo, en medio de planteamientos simplistas y vacuos.
Una comedia simplona sobre el desamor y la concepción errónea del cariño que no termina de funcionar, en parte, por una incoherencia narrativa y un desatino de personajes incapaces de confluir de manera natural.
La ópera prima de Filippo Meneghetti cuenta con un buen elenco y una fotografía magistral. No obstante, resulta bastante difusa tanto en su mezcla de géneros como en la idea que intenta transmitir acerca del amor.
Una comedia coral que pese a no ser novedosa complace a un público tranquilo y reflexivo.
Una ópera prima que gestiona el drama de la separación y custodia de los hijos – aún más ensombrecida por la violencia– en un intenso film, manejado bajo los hilos del suspense.
Un film muy actual sobre el valor de la educación y la apertura en las sociedades europeas donde la mezcla cultural es más que evidente.