
A veces una obra de arte acaba de completarla su espectador, y también en esta película, es el público el que define el mensaje. Es una de las propuestas más osadas del cine español que, sin duda, desconcertará.
A veces una obra de arte acaba de completarla su espectador, y también en esta película, es el público el que define el mensaje. Es una de las propuestas más osadas del cine español que, sin duda, desconcertará.
Eduard Fernández protagoniza de forma desbordante e hipnótica este retrato sobre un embaucador que abre un espacio para indagar en torno a temas como la verdad, la mentira o la memoria histórica.
Una metáfora muy bien escondida de la violencia de género que aparece en forma de terror. Pedro Martín-Caldero propone una película diferente, aunque patina tanto en estructura como en resolución.
El nuevo tándem Bardem-León de Aranoa revela una comedia dramática de contenido moral, aunque de paisaje muy pesimista. El guion brilla especialmente, del mismo modo que gran parte del elenco.
El segundo trabajo de Claudia Pinto trata, con poco éxito, un asunto delicado. Aunque las actuaciones y la fotografía son correctas, los silencios, la excesiva tranquilidad y los giros argumentales componen un resultado irregular.
Interesante y crudo drama sobre una adolescente que, durante las fiestas de verano de su pueblo va descubriendo el amor, la amistad, la sexualidad, la murmuración y los sueños rotos.