
El paso de Swale de los escenarios londinenses a la gran pantalla se salva, sorpresivamente, con más luz en la puesta en escena y captura del espacio que en la construcción de un guion que, en realidad, coquetea con el culebrón.
El paso de Swale de los escenarios londinenses a la gran pantalla se salva, sorpresivamente, con más luz en la puesta en escena y captura del espacio que en la construcción de un guion que, en realidad, coquetea con el culebrón.
Una película que, pese a su mediocridad en el guión, resulta simpática gracias a su brillante elenco (encabezado por Michael Caine) y a su buen ritmo musical.
Andre Haigh presenta un drama con poderosa personalidad y un sólido guion. Junto a él, sus dos protagonistas conceden unas soberbias interpretaciones.
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Cecily, Reggie y Wifred viven en una residencia para cantantes de ópera y músicos retirados. Cada año, coincidiendo con el aniversario de Giuseppe Verdi, celebran […]